Antes del Silicon Valley

Chile será un país desarrollado en el 2010.
Vox Populi.

A finales de este mes, nuestro presidente lidera una expedición nacional al famoso Valle de Silicio. La agenda incluye un encuentro con Bill Gates, numerosas visitas a otras empresas, incubadoras de empresas de tecnología, etc. Este es, posiblemente, el primer paso concreto después del discurso del 21 de Mayo y su énfasis en la sociedad de la información. En esta columna quiero opinar antes de esta visita, ya que tendré la oportunidad de participar en ella dentro del grupo empresarial y comentar más adelante esta aventura en base a mi experiencia personal.

Coordinación es el Juego

Como cualquier aventura a gran escala, la coordinación es vital. Sin embargo mi impresión es que la coordinación es forzada, es política, es de último minuto. Falta una semana (para los lectores será ya historia) y todavía no está todo finiquitado. ¿Será falta de planificación? ¿O será cierto que los chilenos hacemos mejor las cosas en el último minuto pues somos los expertos en la improvisación? Esta virtud es admirada por los japoneses, que no entienden cómo lo hacemos (y sin úlceras). A todo esto le agregamos el problema de decidir quién va en la comitiva de gobierno. ¿Cuántas personas por ministerio? ¿Quién decide? ¿Quién no se quiere perder el viaje aunque no tenga nada que hacer en él?.

Puede ser cierto que no hubo tiempo suficiente para preparar este viaje como se debiera. Sin embargo, si se podría al menos decidir quién debiera ir independientemente de las organizaciones. ¿Quiénes son los que entienden? ¿Quiénes aprovecharán mejor esta oportunidad? ¿Qué imagen queremos mostrar en el centro de la nueva economía? Tal vez exigo demasiado sentido común, un sentido que es secundario cuando llegamos a las parcelas de poder institucionales e individuales. Mirando la agenda, parece que vamos sólo a mirar y escuchar, que no tenemos mucho que mostrar, ni ideas para promocionar. Más aún, la visita al Silicon Valley tiene una pata coja, pues no considera el estamento universitario. ¿Queremos desarrollar tecnología y se nos olvida la investigación aplicada, la transferencia tecnológica y la formación de recursos humanos? Too much common sense, I guess.

¿Oportunidades Perdidas?

Ya es tarde, pero soñemos un poco. ¿No habría sido interesante mostrar nuestros logros tecnológicos, ya sean estatales o privados? Y en vez de escuchar qué quieren los capitales de riesgo, ¿Por qué no haber presentado cinco o diez ideas emprendedoras y mostrarlas al mundo? ¿Por qué no ser más agresivos e incentivar un área que podría realmente desarrollar Chile y que el 2010 no sea sólo una meta vana, una utopía? Parte del problema es la falta de liderazgo en el tema. A nivel de gobierno muy pocos entienden qué significa la nueva economía, la sociedad de la información o, mejor aún, del conocimiento. Tampoco ninguno de ellos tiene el poder para coordinar y aunar esfuerzos, para finalmente decidir. Yo tampoco tengo todas las respuestas, pero si creo que hay varios hitos necesarios para comenzar. Primero, el presidente debe decidir qué institución del estado se hace cargo del tema y poner la presión publica en esa unidad. Segundo, a través de un consenso lo más amplio posible, decidir la visión de país, que incluye las áreas y los nichos de mercado que trataremos de desarrollar y conquistar. Tercero, sensibilizar a todos los involucrados en esta visión y comenzar a cumplir las metas propuestas por el comité de modernización a comienzos de 1999.

Desde mi participación en ese comité, pasando por Ciencia Chile 2000, hasta hoy día, cada vez que insisto en este tema, todos dicen lo importante que es, pero nadie parece hacer algo. Disculpen la ironía, no habitual, de mis palabras, pero pierdo la paciencia cuando veo que la puerta se está cerrando para nosotros (espero sinceramente que mis inpresiones no sean todas verdaderas y me tenga que tragar mis palabras). Es hora de que avancemos, aunque eso signifique abrir la caja de Pandora.


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